
¿Hacia dónde va todo lo que mandamos al diablo?
¿Querrá el diablo recibirlo?
Yo he mandado el amor al diablo lo cual es una ironía tan solo pensarlo, pero lo he hecho, y no he recibido ningún recibo ni comprobante de que el amor está realmente con el diablo..
Al diablo se le mandó hace mucho la democracia y es hora que no la ha regresado.
El pasatiempo del diablo es jugar con nuestros pensamientos en una noche obscura y de tormenta, crear sombras con movimiento y hasta sonidos que nos “acechan”.
Todas las malas acciones se las echamos al diablo, como si nosotros no tuviéramos nada que ver en el asunto, el diablo es ese pensamiento que te ronda al ver a otro ser humano bastante agraciado que se dirige hacia ti con una mirada erótica, dicho de otra forma: cuando un hombre bien dotado se te acerca y te mira de una manera que no puedes evitar tener pensamientos sucios (o una mujer bien dotada, según el genero de quien lea).
Al diablo hemos mandado sermones y buenos consejos también. Me imaginó al viejo Satanás oyendo hasta tirarse al piso de donde no aguanta la risa, que no lleguemos tarde a casa un sábado por la noche, mientras él planea una estrategia muy hábil para regresarnos al camino de ser humanos y hacernos fracasar en llegar en cumplir con el llegar temprano.
Mmmmm a quien le gusta jugar con el diablo… creo que le he mandado muchas cosas y ya ha de estar lleno el casillero con mi nombre. No se si algún día me regrese todas esas cosas o sólo esté jugando con ellas. Quizá sale los domingos al mercadito a vender las cosas que le hemos mandado. O simplemente nos las tenga ahí, esperando que se junten más y más, para cuando algún día lleguemos a recogerlas nos recaigan todas juntas y el burlarse más y más de cómo nosotros mismos nos lo buscamos.
“No temas a las sombras, solo son un indicio de que en algún lugar hay una luz resplandeciente”.
RECUSROS: SIMIL, METAFORA, ONOMATOPEYA
Por: DANIEL PECH
FUENTE: PAMELA PEDRAZA
¿Querrá el diablo recibirlo?
Yo he mandado el amor al diablo lo cual es una ironía tan solo pensarlo, pero lo he hecho, y no he recibido ningún recibo ni comprobante de que el amor está realmente con el diablo..
Al diablo se le mandó hace mucho la democracia y es hora que no la ha regresado.
El pasatiempo del diablo es jugar con nuestros pensamientos en una noche obscura y de tormenta, crear sombras con movimiento y hasta sonidos que nos “acechan”.
Todas las malas acciones se las echamos al diablo, como si nosotros no tuviéramos nada que ver en el asunto, el diablo es ese pensamiento que te ronda al ver a otro ser humano bastante agraciado que se dirige hacia ti con una mirada erótica, dicho de otra forma: cuando un hombre bien dotado se te acerca y te mira de una manera que no puedes evitar tener pensamientos sucios (o una mujer bien dotada, según el genero de quien lea).
Al diablo hemos mandado sermones y buenos consejos también. Me imaginó al viejo Satanás oyendo hasta tirarse al piso de donde no aguanta la risa, que no lleguemos tarde a casa un sábado por la noche, mientras él planea una estrategia muy hábil para regresarnos al camino de ser humanos y hacernos fracasar en llegar en cumplir con el llegar temprano.
Mmmmm a quien le gusta jugar con el diablo… creo que le he mandado muchas cosas y ya ha de estar lleno el casillero con mi nombre. No se si algún día me regrese todas esas cosas o sólo esté jugando con ellas. Quizá sale los domingos al mercadito a vender las cosas que le hemos mandado. O simplemente nos las tenga ahí, esperando que se junten más y más, para cuando algún día lleguemos a recogerlas nos recaigan todas juntas y el burlarse más y más de cómo nosotros mismos nos lo buscamos.
“No temas a las sombras, solo son un indicio de que en algún lugar hay una luz resplandeciente”.
RECUSROS: SIMIL, METAFORA, ONOMATOPEYA
Por: DANIEL PECH
FUENTE: PAMELA PEDRAZA
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